Así funcionó hasta el primer cuarto del siglo XX cuando, seguramente por la mecanización de las labores del campo y el menor uso de animales de tiro, el cuero producido para monturas y aparejos de animales ya no haría tanta falta.

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Tras muchos años de abandono, en el año 1933 el empresario local Julián Cepeda Iglesia compró el edificio principal y lo transforma en almazara de aceite con toda la maquinaria e instalaciones necesarias para el funcionamiento como tal, aprovechando al máximo el volumen del edificio y el paso del agua de la Garganta de los Papúos.

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Arquitectónicamente hablando se trataba de un edificio de gruesos muros de mampostería con refuerzo de sillería en las esquinas. Contaba con una planta rectangular y en alzado cuatro pisos rematados por una buhardilla y cubierta a dos aguas con teja árabe. La fachada principal, lo que es ahora la entrada a la Hospedería, tenía una serie de vanos y balcones en voladizo protegidos con reja metálica.

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El interior de las plantas estaba realizado con forjados de vigas de madera, manteniéndose la estructura de la curtiduría, añadiéndose tabiquería de ladrillo con el funcionamiento de la almazara.

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En esta audioguia no vamos a entrar en los detalles del funcionamiento de una almazara (recepción, transformación y almacenaje) pero si le invitamos en la siguiente pista a conocer como es en la actualidad el edificio en el que están situados.