Esta plaza, urbanisticamente hablando, es de geometría irregular no respondiendo a los cánones establecidos desde siglos anteriores de plaza cuadrada o rectangular, de grandes dimensiones, que podemos ver por la geografía extremeña y española. Pero el hecho de la situación en la que está situada, con uno de los edificios más importantes en uno de sus costados, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, nos hace pensar que era el centro neurálgico de las actividades mercantiles y culturales desde antaño.

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Los otros tres costados de esta plaza están con soportales que hacen que las viviendas, de dos y tres plantas, vuelen y aprovechen el terreno a través de estos soportales, levantados por pies derechos de madera que apoyan en su mayoría en volúmenes graníticos y donde se sitúan zapatas decorativas que soportan todo el peso del entramado de madera que forma la segunda planta de las viviendas.

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No mantiene una homogeneidad en las construcciones pudiéndose ser debido a la quema de la mayoría de ellas durante la Guerra de la Independencia. Como curiosidad aún podemos ver una cabina telefónica que nos recuerda el paso de los años y el uso de estas tecnologías, prácticamente ya en desuso, por las nuevas herramientas tecnológicas que tenemos actualmente.