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Pista 4-b. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (interior)

Pista 4-b. Iglesia de N.S. de la Asunción (interior)
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En el año 2000 se llevaron a cabo obras de rehabilitación en el edificio. Al proceder al levantamiento del suelo de madera y arena que tenía se descubrieron varias lápidas numeradas, entre ellas la de Catalina Jiménez: “Aqvi  yaze  Catalina  ximenez  muger  de  alº  Ruiz. 1600”

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El interior presenta una sola nave dividida en cinco tramos, cuatro de ellos por arcos fajones de medio punto y bóvedas de medio cañón con lunetos que apoyan sobre robustos pilares con líneas de imposta muy marcadas en su decoración. El quinto tramo de la nave está cerrado por una cúpula sobre pechinas donde se representan a los cuatro evangelistas y que se ha atribuido, según documentación consultada, al pintor Pedro González a finales del siglo XVIII. Actualmente ésta cúpula está encalada pero hasta hace relativamente poco tiempo estaba decorada a modo de bóveda celeste. En el anillo que apoya sobre las pechinas se puede leer la inscripción “MARIA ASSUMPTA EST IN CAELUM” que significa “María ha sido elevada al cielo” (proclamada como dogma por el Papa Pío XII en el año 1950). Justo en la entrada de los pies se sitúa el coro, elevado sobre arco escarzano, y con sotocoro de cañón con lunetos, donde se dispone una pila bautismal con decoración geométrica y cordón. El ábside está cubierto con bóveda de medio cañón con lunetos. A la derecha de ésta se sitúa la sacristía, cubierta con bóveda de cañón. La iluminación del interior es buena a base de seis grandes ventanales dispuestos en los laterales más el situado en el propio retablo que da luz directamente a la imagen de la Virgen de la Asunción.

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Escultóricamente hablando destaca el retablo situado en el altar, dorado y con formato tipo cascarón, muy propio de la retablística barroca imperante en esta época. Se trata de una obra en la que se aloja una imagen de la Virgen de la Asunción, todo ello presidido por una imagen del Padre Eterno. Según documentación el retablo pudo realizarse por el autor Jerónimo de Córdoba. Es curioso que detrás del actual retablo hay una decoración de pintura mural, con temas vegetales y geométricos, dando indicios de que hubiera un retablo pintado como ocurre en muchos ejemplos de Extremadura, tapado por el que ahora podemos ver.

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Cuenta el edificio con tres retablos más: el de San Antonio de Padua, el del Crucificado y el de la Virgen de las Candelarias. Según tradición oral, hasta los años 70 del pasado siglo la iglesia contaba con algún retablo más y dos púlpitos pétreos sobreelevados, quedando de éstos últimos la reja metálica de cierre de uno de ellos, situado actualmente en el altar.

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